Juan Ignacio Güenechea: «¿Liberalizar las farmacias? Cuidado con menear algo que funciona bien»

Redacción.- El Grupo Cofares es una cooperativa de distribución de medicamentos y productos sanitarios de capital 100% farmacéutico celebró en Valladolid su junta preparatoria de zona de Castilla y León para presentar a sus socios el balance del año pasado. Líder en distribución de medicamentos en España, con más de 9.654 farmacéuticos como socios cooperadores y más de 4.500 farmacias como clientes (873 en la región), Cofares facturó el año pasado en la comunidad 162,43 millones de euros. Cuenta con tres almacenes en Zamora, Burgos y Valladolid y tiene una cuota en el mercado autonómico de la distribución de medicamentos del 6,55%.

Juan Ignacio Güenechea, vicepresidente del Grupo Cofares, asegura en una entrevista publicada en El Norte de Castilla que «la equidad, solidaridad y eficiencia» de su modelo de distribución de medicamentos «importan más que los beneficios».

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–¿Cómo fue el pasado ejercicio para Cofares?

–Fue el mejor de la historia de la cooperativa. Pero para nosotros, más importante que las cifras, es la constatación de que tenemos un proyecto que suscita la confianza de nuestros socios y que está incrementando su participación, tanto entre nuestros clientes como en toda la sociedad, como soporte fundamental del modelo farmacéutico español. Si nos centramos en Castilla y León, el año pasado ratificamos nuestro liderazgo absoluto en provincias como Valladolid, Segovia o Burgos y nuestra presencia mayoritaria en toda la comunidad. Nos congratula el hecho de que el sector farmacéutico de Castilla y León fue de los primeros en incorporarse al proyecto de Cofares porque lo entendió y apostó por él. Los beneficios son importantes, pero supeditados a la equidad, la solidaridad y la eficiencia.

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–¿Cómo consiguen esos tres objetivos que menciona, con qué métodos en el día a día?

–Mediante la estabilidad económica y financiera, un servicio de calidad y la rapidez a la hora de poner los medicamentos a disposición de las farmacias y sus clientes, un aspecto este que no es mérito exclusivo de Cofares sino que se fundamenta en el modelo español, que es de una eficiencia extrema en este sentido. Las farmacias asociadas llegan a recibir hasta seis pedidos diarios cada una en un servicio que llega capilarmente a toda la geografía española… y Castilla y León es un territorio en el que la extensión y la dispersión nos ponen a prueba y nos permiten demostrar que el modelo equipara y trata por igual a toda la población, ya vivan en zonas rurales o turísticas. Todos lo reciben con igual calidad.

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–¿Mantener ese servicio requiere de inversiones continuas o está, por así decirlo, consolidado?

–El sector farmacéutico ha sufrido mucho en los últimos años. Desde 2010 ha hecho aportaciones de 500 millones de euros anuales para garantizar la sostenibilidad del sistema y la rentabilidad de las farmacias. Se han llevado a cabo grandes inversiones en tecnología, en aras de mantener la calidad y la eficiencia del servicio. Y lo que es más importante, manteniendo todos los puestos de trabajo. Cofares dispone de una red comercial y logística integrada por 2.200 personas en toda España, cerca de cien de ellas en Castilla y León, de los que casi 300 son titulados superiores: farmacéuticos, ingenieros, economistas…

Las farmacias de Castilla y León estarían preparadas para gestionar la receta electrónica mañana mismo

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–¿Cómo es el panorama actual de las farmacias? Parecen haber cesado las noticias que se escuchaban hasta hace poco más de un año sobre riesgos de cierres por impagos…

–He de decir que en Castilla y León este es un problema que no existe. Pero de haberse contagiado, podría haber puesto en peligro todo el sistema. En la actualidad los impagos solo siguen produciéndose en Cataluña y la Comunidad Valenciana; en Castilla y León el modelo de pago es el correcto y las farmacias gozan de estabilidad.

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–La posibilidad de liberación del sector es un asunto que aparece y desaparece. Según quién lo trate se presenta como algo beneficioso o inoportuno, ¿qué opinión le merece?

–Es un tema muy mediático y yo diría que interesante solo desde un punto de vista teórico. Precisamente Castilla y León es un ejemplo de planificación, con un modelo de despliegue de oficinas de farmacia que permite a toda la población estar en una posición de igualdad. En aquellos lugares donde el sector ha sido liberalizado se producen asimetrías muy intensas, mientras que en España tenemos menos habitantes por farmacia en que en los países con mayor liberalización. Cuidado con menear lo que funciona bien.

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–Castilla y León tiene una industria farmacéutica no sé si puntera pero sí importante, ¿es un sector con un futuro despejado?

–Lo es a nivel universal. Pese a que las empresas que puede haber aquí sean pequeñas, sobre todo comparadas con los grandes aglomerados de dimensión multinacional, el farmacéutico es un sector con un gran potencial porque tiene multitud y variedad de segmentos. La Administración debe apostar por él porque aporta un gran valor añadido y tiene un gran recorrido en la creación de empleo. Además, ejerce una función de diseminación tecnológica en la sociedad, actúa como simiente con universidades, centros especializados, empresas biotecnológicas, clústers…

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–¿Qué retos o qué planes de futuro tiene ante sí Cofares?

–Creo que vamos en la buena línea y nos proponemos mantener un nivel de servicio de calidad. Aparte de nuestro núcleo de trabajo y actividad tradicional, estamos enfocados en prestar cada vez más servicios de apoyo, todos los que las farmacias necesiten.

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–¿Qué tal nivel tecnológico presentan las oficinas de farmacia? Se habló de implantar la receta electrónica y terminó aparcado…

–El nivel es muy alto. Diría que en un 99% están disponibles para asumir cualquier reto tecnológico que tenga que ver con la intercomunicación en materia de salud. En cuanto a la receta, en Castilla y León pareció durante un tiempo que iba a ser algo inmediato pero no se hizo imagino que porque cada Administración tiene sus tiempos; pero si mañana se implantase, las farmacias estarían preparadas para gestionarla. La receta electrónica nos parece un reto irrenunciable.

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