J. Badiola: «La vuelta a la normalidad tendrá que ser gradual y lenta»

juan josé badiola

Fuente: Unizar

Redacción.- Juan José Badiola, científico aragonés y director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de Zaragoza, asesora al Ayuntamiento en la crisis del coronavirus y explica la evolución de esta pandemia y cómo va a ser esa supuesta reactivación de la epidemia después del verano.

A continuación se recoge parte de la entrevista que ha concedido a Herdaldo.

Pregunta- ¿Cree que puede producirse esa supuesta reactivación de la epidemia después del verano?

Respuesta- Siendo cauto, no se puede descartar que ocurra cuando ha habido tantos casos… Hay 180 países infectados y la posibilidad de que vuelva a haber situaciones derivadas del tráfico aéreo implica que te venga cualquier persona de cualquier país en una noche. Por tanto, la llegada más relevante de contagios después del verano podría ser tanto endógena como exógena (de abrirse las fronteras). Bien es cierto que las condiciones otoñales o invernales son más favorables a la propagación de este tipo de virus… No obstante, la evolución aquí en España va a depender de la capacidad que tengamos de doblegar la epidemia, y en ese aspecto no soy tan pesimista.

P- ¿Quién cree que ganará esa batalla en los laboratorios?

R- Pienso que será China, que tiene ya cuatro o cinco prototipos en marcha que se están probando. A EE. UU. le dolería mucho que lo hicieran antes que ellos… Pero en cualquier caso, no va a ser España. Aquí a los primeros a los que se les quita el dinero son los investigadores, cosa que en estos otros países no ocurre porque hay trabajo y se sigue financiando. Es meritorio también lo que se está haciendo aquí y estaríamos encantados si fuera una española, pero al final van a ser los chinos o los americanos porque tienen dinero y se esfuerzan también.

P- ¿Cuándo podría llegar esa vacuna?

R- Hay otros virus mucho peores que el coronavirus y creo que no va a ser difícil encontrarla. En estos momentos hay más de veinte empresas, centros de investigación y gobiernos empeñados en esto. Nos parece complicado, pero la industria farmacéutica está muy avanzada en este terreno y también hay un dato que no se dice y conozco bien… Cuando hay razones de urgencia, los periodos de autorización en ensayos clínicos se pueden acortar. Por eso cabe la posibilidad de que a la vuelta del verano haya una vacuna disponible, incluso más de una. El éxito es ser el primero.

P- ¿En qué situación nos encontramos ahora?

R- Soy moderadamente optimista, pero si vemos las cifras, se está produciendo una evolución favorable ya. Este domingo se detectaron 4.167 contagios cuando el día 31 de marzo se habían identificado 9.222 casos. Ha habido una reducción clara y no cabe la menor duda. El crecimiento diario de casos llegó a ser del 42% al principio de la pandemia. Ahora estamos en una cifra muy favorable, por debajo del 3% de media. La famosa curva que se ha aplanado tiene altibajos. El problema es que que las CC. AA. no informan todas a la vez ni de la misma manera, pero estamos teniendo un número cada vez menor. Lo importante ahora es saber esos nuevos casos de dónde proceden y dónde están, porque muchos de ellos no se han analizado…

P- ¿Cómo van a influir los polémicos test masivos?

R- La situación no será la misma cuando se tengan estas cifras. Se estima que el 15% de la población española podría estar infectada, y son casi 7 millones de personas. Los que son más llamativos en esta enfermedad son los pacientes que están hospitalizados, en la uci o los que se mueren, pero hay mucha gente joven por debajo de 40 años que ha estado infectada y no lo sabe. Con los test masivos que han traído tanta cola saldrá una cifra aproximada de la población española infectada. Y cuantas más personas hayan sufrido la infección y desarrollado anticuerpos, más gente estará ya protegida para constituir una barrera. Si el virus encuentra dificultades no progresa igual. Al final, si hacemos una suma de aquellos que están inmunizados, un 20 o 25%, contamos con que haya una vacuna para poder inmunizar a miles de millones de personas y que además el sistema sanitario está más preparado, puesto que ya hay equipos de protección generalizados para aquellos que lo necesiten, cabe pensar que esa segunda oleada no va a ser tan catastrófica como la gente dice. El problema es si muta, que estaríamos delante de otro virus distinto y la vacuna que se ha hecho no valdría. Pero mutaciones importantes hasta la fecha no se han visto.

P- ¿Qué otros elementos hay para el optimismo?

R- El número reproductivo del virus, que antes era de 3 y pico, ahora está por debajo de uno. En Aragón estamos así también, en 0,9. Esto quiere decir que el brote está en remisión ya, que la epidemia está empezando a estar controlada. Y otro número importante es el tiempo de duplicación, o lo que es lo mismo, cuántos días tardan en duplicarse las muertes o los casos confirmados. Antes se duplicaba el número de contagios cada tres días y ahora en España tarda más de 10. La situación ha mejorado, sencillamente. También hay otro dato importante que es la disminución muy notable en las entradas en Urgencias. Llegó un momento que alcanzaron las 900 entradas al día cuando estaban en 40 o 50. Cuanto menos gente entre en las Urgencias, menos enfermos tienes que atender y eso ha hecho disminuir la presión sobre las ucis. 

P- ¿Llegaron tarde esas medidas o se ha aprendido algo de China?

R- Se ha hecho un poco tarde, pero nunca es tarde si se hace finalmente. Lo que ha sido más importante, y por eso lo adoptó el Gobierno, ha sido decretar el estado de alarma. Aquí nos pareció una barbaridad que cerraran una ciudad de 11 millones de habitantes y al final nos han encerrado a 47 millones. Si encierras a la gente durante un mes los resultados son estos. La gente que antes contagiaba por las calles ahora está en su casa y puede haber contagios intrafamiliares si no se toman medidas más estrictas… Por eso ahora que empezamos a ver la luz al final del túnel la pregunta es: ¿puedes paralizar la economía de un país totalmente? Es muy complicado… Los que son más pesimistas dirán que sí. Yo no lo soy tanto porque todos hemos aprendido algo.

P- ¿Cuál ha sido el peor momento que ha vivido desde que estalló el brote?

R- La parte de los fallecimientos es la más oscura. Ahí sí que todavía no se ha logrado controlar el número y aunque existe una tendencia a la baja, todavía estamos en meseta, no es una bajada estable y permanente. Lo que sucede es que estas muertes son fruto de lo que ha ocurrido antes. El cuello de botella para la muerte ha sido la no disponibilidad de respiradores mecánicos y de cuidados intensivos. Es muy triste, pero había unos protocolos para decidir cómo actuar en base a las posibilidades de supervivencia. Esa ha sido una de las cuestiones para mí más delicadas porque entra dentro de la ética de todo acto humano.

P- ¿Cómo cree que va a ser la vuelta a la normalidad? ¿Qué nos depara esa desescalada?

R- La vuelta a la normalidad tendrá que ser gradual y me temo que lenta, manteniendo el teletrabajo donde se pueda. Las empresas tendrán que garantizar que haya una distancia mínima entre trabajador y trabajador y por eso obligan a llevar mascarillas, que es una barrera que se pone a la transmisión. Los espectáculos con gran asistencia de personas tardarán como mínimo un mes más después del final. Los bares y restaurantes que se olviden hasta el mes de julio… Ya nos gustaría que abrieran, pero mientras las cifras de la epidemia no se reduzcan mucho más va a ser difícil porque son un punto de reunión muy difícil de controlar. En lo que respecta a Educación, la vuelta al colegio y las universidad no lo veo posible. El curso está vencido ya. En la Universidad estamos dando clases en ‘streaming’ y los alumnos lo han asumido perfectamente. Lo único es ver cómo hacemos los exámenes… Quizás dentro de un tiempo se permita también que los niños salgan un poquito al día, porque la situación puede afectar a su equilibrio psicológico.



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