Fomentar la innovación en la industria farmacéutica

Redacción, 11-01-2024.- El primer antirretroviral para tratar el VIH llegó en 1987, pero no sería hasta entrados los años noventa cuando las nuevas clases de tratamientos consiguieron evitar un número significativo de muertes. El salto llegaría aún una década después y seguiría avanzando hasta hoy, en que las personas que contraen este virus tienen una esperanza de vida similar a quienes no lo tienen.

Esta es la historia del VIH, donde las terapias disponibles han ido mejorando significativamente, tanto la calidad de vida de los pacientes como en la capacidad para evitar mortalidad. Los primeros fármacos fueron una innovación rompedora, pero se quedaron muy atrás cuando llegaron otros nuevos que fueron aumentando su seguridad y su eficacia.

La psoriasis, la esclerosis múltiple o la diabetes son sólo algunas de las otras enfermedades donde la entrada sucesiva de fármacos ha marcado la diferencia para los pacientes. Donde la verdadera revolución ha tenido que esperar dos o tres clases de medicamentos que iban mejorando el anterior. ¿Qué hubiera pasado si esos fármacos no hubieran llegado?

Dar valor a toda la innovación es por tanto fundamental para permitir la mejora de la salud global y no dejar a pacientes atrás. Separar la innovación disruptiva de la que produce mejoras en un área terapéutica donde ya había tratamientos es obstaculizar la evolución y en muchas ocasiones revolución en el tratamiento de enfermedades.

Por ello, la industria farmacéutica ve necesario proteger toda la I+D y no limitar los incentivos, algo que la reforma de la legislación farmacéutica europea puede hacer con la definición propuesta de necesidad médica no cubierta y su vinculación con la protección de la propiedad industrial.

“No podemos diseñar un sistema únicamente enfocado al momento eureka, el descubrimiento de un primer tratamiento para una enfermedad. Necesitamos un sistema donde tanto ese primer momento de la investigación como la innovación incremental que realmente supone un progreso en el tiempo para los pacientes son valoradas y reconocidas”, afirmaba en un reciente artículo la presidenta de la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia), Nathalie Moll.

Tal y como recoge Farmaindustria, el borrador de la legislación farmacéutica europea, presentado el pasado abril, plantea acotar la definición de necesidad médica no cubierta con el objetivo de ligarla a una mayor agilización regulatoria y la protección de los datos regulatorios (propiedad industrial).



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