La insuficiencia renal se asocia con la hipertensión

Redacción.- Se acaba de celebrar el Día Mundial del Riñón, una efeméride instaurada por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) y la Federación Internacional de Fundaciones Renales (IFKF) creada para generar conciencia en la detección precoz de cualquier patología renal.

El desarrollo de esta patología está fuertemente relacionado con la tensión arterial. Tal como subraya el doctor Manuel Angoso de Guzmán, nefrólogo del hospital Vithas Valencia Consuelo, “la insuficiencia renal está asociada con la hipertensión arterial y, a su vez, esa elevación de la tensión arterial hace que se produzca una daño progresivo del riñón acelerando de forma significativa la insuficiencia renal».

Según el especialista, “la presión arterial alta hace que el corazón trabaje con más resistencia con lo que se produce un crecimiento de las paredes del mismo. Por otra parte, esa presión elevada dentro de las arterias va a producir unas lesiones importantes en la pared de los vasos que, con el tiempo, puede dañar los vasos sanguíneos de muchos órganos importantes como el cerebro, corazón y los riñones. Otros factores prevenibles que pueden afectar a la función de los riñones son la obesidad, la diabetes, el tener un ácido úrico muy elevado y la ingesta de fármacos nefrotóxicos siendo el grupo de fármaco más importante la de los antiinflamatorios no esteroideos”.

Como las personas con presión arterial alta corren más riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica y por lo general no hay señales ni síntomas de que la presión arterial está demasiado alta, para el especialista “es importante controlarla regularmente, en especial si se tiene antecedentes familiares”, y puntualiza “la presión arterial es una de las principales causas de ataques cardíacos, derrames cerebrales y enfermedad renal crónica. Controlar la presión arterial alta reduce el riesgo de estas complicaciones”.

El doctor Angoso hace especial hincapié en la prevención, “controlar la presión arterial, el perder peso, practicar una actividad física moderada de 20-30 minutos todos los días, seguir una dieta mediterránea, evitar los productos precocinados (por tener una elevada concentración de sal ), dejar de fumar y disminuir el consumo de sal y alcohol en muy importante”, comenta el profesional y subraya “aunque la presión arterial alta no se puede curar, sí se puede controlar”.



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