La braquiterapia permite aplicar un tratamiento para el cáncer de próstata adaptado a las necesidades de cada paciente

A la hora de determinar qué tratamiento es la mejor opción a seguir ante un caso de cáncer de próstata, debe valorarse el estado concreto del tumor. Optar por la cirugía (prostatectomía radical), la radioterapia externa o la braquiterapia es una decisión que debe tomarse de forma conjunta con el especialista y en base siempre a sus indicaciones. En el caso de la braquiterapia prostática, hay que tener en cuenta que es una técnica que permite proporcionar un tratamiento totalmente adaptado a las necesidades específicas de cada paciente.

La braquiterapia prostática consiste en implantar semillas radiactivas de Iodo 125 directamente en el interior de la glándula. Para ello se utilizan unas finas agujas que se introducen a través del perineo, de tal modo que no es necesario realizar incisión quirúrgica. La colocación de las semillas en la próstata se planifica previamente de forma detallada en función de la ubicación y extensión del tumor dentro de la misma.

Gracias a los sistemas de planificación de tratamientos 3D, se puede determinar al milímetro el punto de la próstata donde se va a insertar cada una de las semillas, así como calcular cuál es la dosis necesaria. De esta forma, la radiación actúa en la zona afectada, disminuyendo al máximo la incidencia sobre órganos adyacentes. Asimismo, a través de esa planificación detallada, se consigue una reducción de los plazos de tratamiento y recuperación, facilitando que el paciente pueda retomar su vida habitual en poco tiempo.

Entre otras ventajas de la braquiterapia prostática cabe destacar también que es el tratamiento que mejor calidad de vida ofrece a los pacientes frente a la radioterapia y la prostatectomía con las mismas tasas de curación, tal y como ha concluido una investigación que se ha llevado a cabo recientemente en España.

Este estudio, que ha contado con la participación de 700 pacientes de cáncer de próstata inicial de toda España, ha sido realizado por el Instituto Catalán de Oncología (ICO), el Hospital de Bellvitge y el Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM-Hospital del Mar), junto con otras entidades médicas españolas de prestigio. Éstas son la Fundación Onkologikoa de Guipúzcoa, el Capio Hospital General de Cataluña, el Centro Oncológico de Galicia, el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña, el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, el Hospital Regional Carlos Haya de Málaga, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, la Fundación Puigvert, y la Fundació IMOR de Barcelona.

Más de 6.000 españoles fallecen cada año por cáncer de próstata

Cada año se diagnostican en España 22.000 nuevos casos de cáncer de próstata. Una neoplasia que, además, se cobra la vida de 6.000 hombres anualmente y que supone la tercera causa de muerte por cáncer entre los varones españoles, tras los de pulmón y estómago. A pesar de estos datos, cabe destacar que las probabilidades de curación aumentan en un 90 por ciento cuando se detecta a tiempo.

Por ello, es de vital importancia que los varones de más de 50 años (45 si hay antecedentes familiares) acudan al urólogo una vez al año para revisar periódicamente el estado de la próstata. Así, en caso de que aparezca el tumor, se detectará en sus estados iniciales, favoreciendo su curación y la posibilidad de aplicar tratamientos poco invasivos, como la braquiterapia.



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