Vitrificar los óvulos es la medida más eficaz para ser madre a cierta edad

Redacción.- Poco o nada tiene que ver la maternidad de hoy con la de hace tan solo unos años. Las mujeres españolas tienen su primer hijo a los 32 años, la media de edad más alta entre los países de nuestro entorno, y somos el país con la tasa de natalidad más baja de Europa, con 1,2 hijos por mujer.

​Tal y como recoge HM Hospitales, son muchos los motivos que conllevan este retraso, hecho que se ha acrecentado en las últimas fechas ante la incertidumbre generalizada provocada por los efectos sociales y económicos de la pandemia de la COVID-19. Lo que sí es cierto es que la maternidad se ha ido posponiendo y se ha convertido en un auténtico reto para muchas mujeres que, llegado el momento, no logran cumplir su deseo.

Es entonces cuando recurren a la Medicina Reproductiva, cuya demanda ha aumentado exponencialmente en los últimos años.

La edad biológica para ser madre es la que es, y si se quiere posponer la maternidad hay que tomar medidas. El Dr. Isidoro Bruna Catalán, director médico de HM Fertility Center, asegura que es necesario concienciar a las mujeres jóvenes de que, «si no pueden ser madres a corto o medio plazo, vitrifiquen sus ovocitos. Esta es la medida preventiva más eficaz contra la infertilidad asociada a la edad. Además, siempre que hay una crisis como la que atravesamos actualmente por la pandemia de la COVID-19, la primera reacción es tender a posponer cualquier gran decisión, como la de ser madre. Para mitigar esta incertidumbre la vitrificación se ha convertido en una solución muy efectiva y adecuada».

El cambio social se aprecia también en el perfil de paciente que acude a los centros de fertilidad.

Hace unos años prácticamente el 100% de los tratamientos se realizaban en parejas heterosexuales que no conseguían el embarazo, pero actualmente «el 5% de los tratamientos que realizamos en nuestros HM Fertility Center los llevamos a cabo en mujeres que quieren acceder a la maternidad sin tener una pareja», explica el Dr. Bruna.

«En general existen dos tipos de mujeres que acuden solas. Las más jóvenes, que son conscientes de la necesidad de vitrificar sus óvulos para poder ser madres cuando hayan conseguido una cierta estabilidad profesional y familiar, y las de más edad que no tienen pareja y no quieren renunciar a tener hijos», concluye el experto.



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