Víctor Noriega: «En el caso de los linfomas, casi un 40 % de los pacientes recaen»

Redacción, 13-06-2024.- Hace dos años que el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) fue incorporado a la red nacional de centros autorizados para aplicar CAR-T a pacientes con cánceres hematológicos.

Víctor Noriega, hematólogo del Chuach, realiza una entrevista para el periódico La Voz de Galicia en la que explica los buenos resultados en pacientes con cáncer en los que no funcionan otros tratamientos:

Pregunta—¿Son las CAR-T el futuro de la lucha contra el cáncer?

Respuesta—Es uno de los futuros, de la lucha contra el cáncer y contra el no cáncer, porque hay ya empieza a haber ensayos clínicos y resultados en otras enfermedades: del sistema inmune, reumatológicas, incluso infecciones. Ahora mismo ya son una parte importante de esta batalla, porque están dando muy buenos resultados en pacientes con muy mala respuesta a los tratamientos que teníamos hasta la fecha. ¿Qué ocurre? Que es una terapia es compleja, porque requiere la utilización de glóbulos blancos del propio paciente que hay que procesar, que hay que modificar genéticamente para luego volver a infundírselos, y todo eso supone una labor logística y de fabricación y producción del medicamento compleja y costosa. Se está trabajando mucho para mejorar esos procesos, para agilizarlos, para que estos fármacos resulten más seguros y más eficaces y, también, para que se abaraten. Los CAR-T que estamos utilizando ahora son de primera generación; habrá evoluciones que mejoren los resultados.

«Es una terapia es compleja, porque requiere la utilización de glóbulos blancos del propio paciente que hay que procesar, que hay que modificar genéticamente para luego volver a infundírselos».

P—¿Qué influye en que funcionen?

R—Es muy importante que el paciente esté en las condiciones óptimas para recibir el tratamiento, que tanto el paciente como la enfermedad estén en las condiciones adecuadas, porque ahí es cuando vemos los mejores resultados. Y esto requiere muchas consultas y pruebas, un seguimiento muy estrecho; hay que hablar con los cardiólogos, lo tienen que ver los neurólogos, el equipo que hace la recogida de las células, etc. El mecanismo debe estar muy coordinado. Cuanto mejor sean las condiciones, más posibilidades de éxito. Y la idea es que este tratamiento lo reciban realmente aquellos que se van a beneficiar de él.