Tal y como recoge 65ymás, el resultado de la investigación, publicada en la revista Nature Communications, es el anticuerpo monoclonal 17T2, una proteína del sistema inmunitario desarrollada en el laboratorio con técnicas de ingeniería genética a partir de muestras de sangre de un paciente infectado por el SARS-CoV-2 en marzo de 2020, durante la primera ola de la pandemia.

El estudio ha analizado en un modelo de ratón tanto la capacidad terapéutica del anticuerpo como su actividad profiláctica, es decir, preventiva, a fin de comprobar si era capaz de reducir de forma significativa las lesiones pulmonares y la carga vital.

La investigadora principal, la doctora Giulana Magri, ha afirmado que el estudio demuestra que el anticuerpo desarrollado «muestra actividad profiláctica y no solo terapéutica, hecho que lo identifica como un candidato potencial para intervenciones clínicas preventivas y de tratamiento de la infección».

A pesar de que aún hay que realizar un ensayo clínico en humanos para empezar a aplicar este nuevo anticuerpo en el tratamiento de pacientes, el colíder del estudio e investigador de IrsiCaixa, el doctor Julià Blanco, ha destacado que el estudio «abre el camino al diseño de anticuerpos y vacunas pan-coronavirus, es decir, con capacidad para combatir diferentes tipos de coronavirus».