Las enfermedades pulmonares intersticiales difusas han sufrido un retraso en el diagnóstico por la pandemia

Redacción.- Los casos de fibrosis pulmonar idiopática (FPI) y de linfangioleiomiomatosis (LAM) son dos enfermedades pulmonares intersticiales difusas (EPID), minoritarias o raras por el escaso número de casos que se diagnostican por cada 100.000 habitantes. El problema es que algunas veces se diagnostican tarde y en fases avanzadas.

Una situación que se ha agravado con la pandemia en la que los circuitos asistenciales que se habían generado para la identificación y diagnóstico rápido se han perdido por el colapso asistencial. Por este motivo desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) señalan con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Raras, que se celebró el pasado 28 de febrero, que de persistir esta situación, estos pacientes pueden llegar en fase avanzada de la enfermedad avanzada a las consultas neumológicas especializadas y, como consecuencia tienen menos opciones terapéuticas.

Actualmente, “la pandemia de COVID-19 ha tenido un efecto negativo en el manejo de estos pacientes. Nos están llegando casos en fases muy avanzadas, con un deterioro que no veíamos desde hace una década, debido al colapso asistencial de atención primaria y neumología hospitalaria. Hay que volver a poner en marcha estos circuitos de diagnóstico rápido cuanto antes para enfermedades graves como la FPI o la LAM, entre otras”, afirma la Dra. María Molina, neumóloga y directora del PII-EPID (acrónimo de Programa Integral de Investigación de las EPID), de SEPAR.

“El problema es que no se ha invertido lo suficiente en recursos humanos en la atención primaria, con la pandemia de COVID-19 se ha evidenciado y nos encontramos con casos de FPI desatendidos, porque los recursos humanos se dedican a la COVID-19. Cuando la fibrosis pulmonar se diagnostica en una fase correcta, podemos ofrecer el tratamiento óptimo que modifica el curso natural de la enfermedad. Cuando se diagnostica en una fase avanzada la supervivencia media es menor de 5 años. Todo depende de en qué fase llegue el paciente al especialista, es decir, si llega a tiempo de recibir los tratamientos modificadores de la enfermedad o no y con o sin opción de trasplante”, concluye la Dra. Molina.



Publicidad

Protagonistas

Publicidad

¿SABÍAS QUE…?

Actividades Sanitarias