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La proteína que detecta el frío es clave en las terapias no adictivas contra el dolor
Redacción, 23-08-2024.- El dolor crónico afecta a millones de personas en todo el mundo y los tratamientos actuales a menudo dependen de los peligrosos opioides, conocidos por conllevar riesgos de adicción y sobredosis. Ante este panorama, las alternativas no adictivas podrían revolucionar el tratamiento del dolor.
En este sentido, una investigación publicada en ‘Science Advances’, dirigida por Wade Van Horn , profesor de la Escuela de Ciencias Moleculares y del Centro de Biodiseño para Diagnósticos Personalizados de la Universidad Estatal de Arizona, ha descubierto nuevos conocimientos sobre el principal sensor humano del frío y del mentol (TRPM8).
Un estudio que acerca a los científicos al desarrollo de analgésicos que no afecten la temperatura corporal y no conlleven riesgos de adicción.
Tal y como recoge Consalud, si podemos empezar a entender cómo disociar la detección química del frío de la detección real del frío, en teoría, podríamos fabricar estos medicamentos sin efectos secundarios. Al comprender la historia evolutiva de TRPM8, esperamos contribuir al diseño de mejores medicamentos que ofrezcan alivio y no sean tan peligrosos como los analgésicos actuales”, afirmó Van Horn.
En la investigación, el equipo utilizó la reconstrucción de secuencias ancestrales, una “especie de máquina del tiempo para proteínas”, en el que recopilaron el árbol genealógico TRPM8 para determinar cómo eran las proteínas de animales extintos.
Mediante el uso de métodos computacionales los investigadores consiguieron comprender cómo ha cambiado TRPM8 a lo largo de la historia y, por lo tanto, cuál es su funcionamiento.