La insuficiencia cardiaca, principal motivo de hospitalización en mayores

Redacción.- La insuficiencia cardiaca se ha convertido en un problema médico de gran impacto como consecuencia del aumento de la esperanza de vida de la población, lo que hace que sea ya la causa más frecuente de ingreso hospitalario en mayores de 65 años.

Así lo ha destacado la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) en el marco del congreso anual que celebra estos días en San Sebastián, donde han recordado que la prevalencia de esta enfermedad cardiovascular se incrementa con la edad y pasa de afectar al 1 por ciento de los adultos de 40 años al 10 por ciento en mayores de 75 años.

Además, ha explicado José Gutiérrez Rodríguez, geriatra del Hospital Monte Naranco de Oviedo (Asturias), advierte además de que la insuficiencia cardiaca condiciona una mortalidad del 50 por ciento a los 5 años de su diagnóstico, «superando con creces a enfermedades como el cáncer».

El incremento de su incidencia, el alto grado de mortalidad y las tasas de ingresos y reingresos hospitalarios condicionan un elevado consumo de recursos sanitarios y una disminución en la calidad de vida de los pacientes.

Se trata de una enfermedad debilitante en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre al organismo, en la que la presencia de otras enfermedades como la diabetes, la hipertensión y otras enfermedades del corazón hacen que este órgano falle y deje de bombear sangre con la fuerza y la intensidad que necesita el cuerpo, lo que hace que los pacientes se sientan cansados o con dificultad para respirar, incluso sin hacer ningún esfuerzo.

Además de saber detectar estos primeros síntomas, los expertos insisten en que es fundamental realizar un cambio en el estilo de vida de los pacientes para hacer ejercicio seguir una dieta saludable y libre de grasas, controlar la hipertensión, el colesterol y la diabetes.

Por otro lado, en el congreso también han recordado la incidencia de otras enfermedades muy prevalentes, como la fibrilación auricular no valvular, que está directamente relacionada con el incremento del riesgo de sufrir un ictus cardioembólico; y la estenosis aórtica, que cuando progresa y se hace severa y sintomática, disminuye la expectativa y calidad de vida del paciente.

De hecho, en los últimos años se ha objetivado que el recambio de esta válvula mediante las prótesis aórticas transcatéter puede mejorar el pronóstico vital de pacientes mayores de 80 y 90 años.



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