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La FJD incorpora el biomarcador Bladder Epicheck para los pacientes con cáncer de vejiga
Redacción, 19-09-2023.- El cáncer de vejiga es el noveno cáncer más diagnosticado a nivel mundial, suele detectarse alrededor de los 70 años, el hábito tabáquico es su principal factor de riesgo, y la hematuria -presencia de sangre en la orina- el síntoma asociado más frecuente. El escenario se completa con diferencias geográficas marcadas, siendo los tumores de la vía urinaria mucho más frecuentes en el oeste europeo, lo que incluye España, así como en América del Norte, frente a Asia o Europa del Este.
Entre los aspectos más positivos de la evolución de este tipo de tumor destaca que en la mayoría de los casos se diagnostican en fases precoces de desarrollo, lo que facilita su curación con cirugía, concretamente con resección transuretral con posterior instilación de quimioterapia o inmunoterapia endovesical periódica.
Sin embargo, «cuando el tumor está más avanzado, la curación puede ser difícil, o incluso imposible, y los objetivos del tratamiento cambian hacia prolongar la supervivencia y mejorar la calidad de vida del enfermo», explica el Dr. Ramiro Cabello Benavente, jefe asociado del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y responsable de su Unidad de Urología Oncológica.
Para el diagnóstico y seguimiento del cáncer de vejiga se precisan pruebas invasivas que suponen un importante impacto para el paciente, ya que se le debe realizar un seguimiento de vigilancia continuada según el riesgo de recurrencia y la progresión del tumor, lo que ocasiona incomodidad, realización de pruebas invasivas (cistoscopia) y procedimientos quirúrgicos (resección transuretral de vejiga) recurrentes; y requieren, además, tiempo, personal y organización específicas para su realización, según recoge Quirónsalud.