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La crioterapia en el cáncer de próstata permite preservar la función sexual
Redacción.- La crioterapia es actualmente un concepto en auge para el tratamiento del cáncer de próstata, dado que proporciona a los pacientes con una enfermedad localizada de bajo riesgo menor morbilidad que los tratamientos tradicionales, como pueden ser la prostatectomía radical y la radioterapia.
Tal y como recoge Quirónsalud, la crioterapia, que consiste en la ablación del tejido enfermo mediante la aplicación directa de temperaturas extremadamente bajas, pretende preservar la función sexual y la continencia tratando sólo la parte de la glándula enferma, mientras que la parte sana de la glándula se preserva, respetando las estructuras anatómicas que están en estrecha relación con la misma.
Sin embargo, tal y como señala el Dr. Carlos Suárez Fonseca, del Grupo de Urología de Mínima Invasión del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo, no todos los pacientes con cáncer de próstata son susceptibles de ser tratados con crioterapia, sino que existen una serie de contraindicaciones:
Entre las contraindicaciones absolutas se encuentran los pacientes que presentan metástásis o fístula anorrectal.
Las contraindicaciones relativas son:
- Próstata mayor de 50cc. En estos casos, previamente al tratamiento con crioterapia debe seguirse un tratamiento de terapia hormonal para reducir el volumen de la próstata y asegurarse un tratamiento completo de la glándula.
- RTU (resección transuretral de próstata) previa.
- PSA mayor de 20 ng/ml.
- Pacientes con cáncer de próstata no metastásico localmente avanzado. En estos casos se realiza una terapia neoadyuvante para reducir el tamaño del tumor y permitir una inclusión más sencilla del mismo en la bola de hielo.
- Cirugía pélvica o trauma previos con distorsiones anatómicas.
El procedimiento se realiza bajo anestesia y el paciente abandona el hospital el mismo día de la intervención o al día siguiente. En general se pauta tratamiento antibiótico, analgésicos por vía oral y un alfa bloqueante que se mantendrá durante un mes, mientras que la sonda vesical se mantendrá durante una semana.