La cirugía permite mejorar la autoestima de los pacientes con parálisis facial

Redacción.- La parálisis facial es una secuela que es devastadora para la calidad de vida de los pacientes, tanto a nivel estético como funcional. La principal causa de la parálisis facial es idiopática, es decir, desconocida. Aunque existe una gran variedad de patologías responsables de esta afección, como los tumores malignos de parótida, tumores de la base craneal como neurinomas de pares craneales, infecciones, o traumatismos craneofaciales.

El tratamiento de dichas lesiones tumorales, puede requerir el sacrificio del nervio facial, desarrollándose así dicha parálisis, que puede afectar por igual a hombres y mujeres de cualquier edad.

Tal y como explica el especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital La Luz, Antonio Fernández García, la mayor parte de estas parálisis faciales de causa idiopática, suelen recuperarse casi por completo al cabo de quince días o un mes. Según informa, el protocolo inicial ante una parálisis facial es esperar entre tres y seis meses para ver si hay una resolución espontánea del problema.

«Si en esos meses de seguimiento no hay una recuperación, entonces planteas actuar quirúrgicamente», indica el especialista.

En algunos casos, de inicio ya se sabe que la lesión del nervio es irreversible, la recuperación espontánea no va a ocurrir.

«Por ejemplo, tras la resección de un tumor maligno en la parótida o una intervención neuroquirúrgica donde el neurocirujano ha tenido que sacrificar el nervio facial para la resección del tumor. Con estos pacientes no esperas para operar», señala el doctor. Cuando se ha tenido que sacrificar el nervio facial, la parálisis facial se trata de manera inmediata.

«Lo ideal es siempre la reconstrucción inmediata y primaria tras extirpar el tumor y perder el nervio facial. Así es como se obtienen los mejores resultados», indica el doctor Fernández García.



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