La artrosis supone la primera causa de incapacidad de las patologías del aparato locomotor

Unidad de Artrosis de RodillaRedacción.- La artrosis es la enfermedad reumática más frecuente, y supone la primera causa de incapacidad de las patologías del aparato locomotor. El paciente debe acudir al reumatólogo en cuanto perciba alguno de sus síntomas para tratarla con toda la anticipación posible. Así lo ha explicado el Dr. José María Salazar Vallinas, reumatólogo de Quirónsalud Clideba, en el programa «La salud persona a persona» de la cadena Ser.

Tal y como recoge Quirónsalud, se trata de una enfermedad degenerativa que provoca el desgaste del cartílago articular, provocando mayor fricción entre los huesos y deformando así la articulación. Las principales causas de la enfermedad son desconocidas, pero hay factores como el sobrepeso que multiplican por cuatro el riesgo de contraerla. La herencia, la edad avanzada, el sobreuso -frecuente en deportistas -, o la postmenopausia, asociada a la mejor producción de estrógenos, también son factores importantes. Es más frecuente en mujeres la artrosis de manos y rodillas y en varones, la de cadera.

La artrosis puede provocar dolor, rigidez y, por último, incapacidad funcional.

La falta de ejercicio físico provocará aumento del dolor, especialmente por las noches, además de atrofia muscular. El diagnóstico se realiza en base estos síntomas y a una exploración física orientada a ver deformidades, especialmente en las manos, alteraciones de la alineación, existencia de derrame sinovial, pinzamientos y aumento de la densidad del hueso.

El tratamiento para la artrosis consiste en evitar el sobreuso, como cargar peso o paseos prolongados.

Sin embargo, la natación, los paseos cortos o ejercicios de rehabilitación pueden ser de gran ayuda. La aplicación de calor o frio, uso de muletas o baños de parafina mejoran la elasticidad de la articulación. Existen antiinflamatorios o analgésicos, o condroprotectores que mitigan el dolor y retrasan la evolución de la artrosis. También se pueden realizar infiltraciones con esteroides o ácido hialurónico. Por último, se recurre a cirugías correctoras, osteotomías e incluso sustituir la articulación por una prótesis.



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