Es necesario establecer estrategias para prevenir trastornos alimentarios provocados tanto por exceso como por defecto de aporte de energía

(05 de agosto, 2015), REDACCIÓN.- Una alimentación adecuada y que incluya la aportación de todos los micronutrientes necesarios es la herramienta mejor y más importante para prevenir trastornos alimentarios provocados tanto por exceso como por defecto y que de una u otra manera afectan a casi la mitad de la población mundial.

Éste es uno de los temas que se han puesto sobre la mesa durante la celebración del Curso de Actualización en Nutrición y Salud que se está celebrando en Laredo dentro del marco de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria, y que también se puso de relieve en la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición que se celebró el pasado mes de noviembre en Roma.

«La obesidad infantil por un lado, pero también cómo hacer que los más mayores reciban el aporte de energía necesario a través de una alimentación diaria saludable son áreas fundamentales en las que es necesario trabajar a fondo», comenta el Prof. Javier Aranceta, director del comité científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y que también ha dirigido este curso.

El colectivo de ancianos es un grupo de edad caracterizado por tener una ingesta de alimentos y bebidas menor a las recomendaciones. «Este déficit de aporte energético debe ser solventado a través de estrategias que aseguren una buena disponibilidad de nutrientes, con preparaciones culinarias agradables, y en un entorno acogedor y sin tensiones», apunta el Prof. Aranceta. «Es fundamental conseguir que los menús para los más mayores sean sencillos y de fácil preparación, con presentaciones agradables y que la ingesta esté fraccionada en 4 ó 5 comidas al día».

En este sentido, el papel de residencias, centros de día o comedores sociales es totalmente imprescindible para la correcta educación nutricional del grupo de población con más edad. Este mismo papel protagonista es el que tienen los comedores escolares en la alimentación de los más pequeños, puesto que cada vez son más los niños que comen en los colegios.

«En el caso de los niños, hemos de trabajar en reducir el nivel de sobrepeso y obesidad, a través de una alimentación adecuada, pero sobre todo fomentando la actividad física y el deporte desde las primeras edades, para conseguir un balance energético adecuado», comenta el Prof. Aranceta.

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