El síndrome del corredor y sus efectos

Redacción, 13-12-2024.- El síndrome de fricción de la banda iliotibial, más conocido como «la rodilla del corredor«, es una de las lesiones más habituales entre quienes practican carreras de fondo o deportes de resistencia.

El Dr. Borja Núñez de Aysa, jefe de la Unidad de Intervencionismo Ecoguiado y Terapias Biológicas de Olympia Quirónsalud, advierte que este trastorno puede limitar tanto el entrenamiento como las actividades diarias de quienes lo padecen.

«La rodilla del corredor es un problema que afecta principalmente a deportistas que no cuentan con una musculatura suficientemente desarrollada o que tienen una técnica de carrera deficiente», explica Núñez de Aysa.

Esto convierte al síndrome en una preocupación tanto para corredores experimentados como para principiantes que no han prestado atención a aspectos biomecánicos clave en su entrenamiento.

¿Qué es el síndrome del corredor?

El síndrome de fricción de la banda iliotibial se produce por el roce persistente de esta estructura fibrosa –también conocida como cintilla iliotibial– con el cóndilo femoral externo, situado en la cara lateral de la articulación de la rodilla. La cintilla iliotibial, una banda delgada pero resistente, conecta la cresta ilíaca en la parte superior de la pelvis con la tibia, atravesando el costado del muslo.

El principal síntoma del síndrome es un dolor agudo e incapacitante en la cara lateral de la rodilla que, según el doctor, suele desaparecer al cesar la actividad física, pero reaparece en los siguientes entrenamientos. En casos moderados o graves, este dolor puede incluso manifestarse durante actividades cotidianas como caminar o subir escaleras, lo que genera frustración y afecta la calidad de vida del paciente.

Entre las principales causas del síndrome del corredor, el especialista de Olympia describe las siguientes:

  1. Debilidad de los músculos aductores de la cadera: estos músculos son clave para estabilizar la rodilla durante la carrera. Cuando están fatigados o insuficientes, el tensor de la fascia lata –un músculo situado en la parte externa del muslo– debe trabajar en exceso, lo que aumenta la tensión en la cintilla iliotibial y provoca el roce doloroso.
  2. Problemas en la pisada: una pisada incorrecta, como la asociada a tobillos valgos o pies planos, puede desviar la alineación de la rodilla, incrementando la fricción en la banda iliotibial.
  3. Desbalances biomecánicos: alteraciones en la estabilidad lumbopélvica y desórdenes en la postura también contribuyen al desarrollo de esta lesión.


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