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Dra. Ruíz del Cueto: «Hay estudios que demuestran la eficacia de la dieta cetogénica para la pérdida de peso»
Redacción.- El almidón es un macronutriente, componente de multitud de alimentos vegetales, que pertenece al grupo de carbohidratos complejos. El organismo usa estas moléculas complejas de almidón degradándolas para obtener energía.
Por tanto, los alimentos ricos en almidones serán una estupenda fuente de energía inmediata (al degradarse en pequeñas moléculas de glucosa), pero si consumimos una elevada cantidad de almidón sin tener un nivel de actividad física adecuado para hacer uso de esa energía, los carbohidratos terminarán acumulándose produciendo un aumento de peso e incluso derivando en estados de resistencia a la insulina.
La doctora Sofía Ruíz del Cueto, co-directora de la Clínica Medico-estética Mira + Cueto, aborda en una entrevista con La Razón, los alimentos ricos en almidón y cómo llevar una alimentación equilibrada.
«Hay muchos vegetales sin almidón como el brócoli, la coliflor, el pepino, los champiñones, las cebollas y las alcachofas»
Pregunta- ¿Qué alimentos deja fuera? ¿Cuáles incluye?
Respuesta- Los alimentos ricos en almidón son de origen vegetal e incluyen principalmente a los tubérculos (como la patata, la yuca, la batata o el boniato), cereales como el arroz (tanto blanco como integral) o el trigo (incluidas las harinas derivadas de éste), legumbres (lentejas, garbanzos, judías o frijoles entre otros), la calabaza o el maíz.
Hay muchos otros vegetales sin almidón como el brócoli, la coliflor, el pepino, los champiñones, las cebollas, las alcachofas, verduras de hoja verde….
Todos ellos (alimentos con y sin almidón) nos aportan fibra, muy beneficiosa para el tránsito intestinal. Los verdaderos enemigos, que no debemos consumir, son los almidones ultra procesados (harinas procesadas, pan blanco refinado, jarabes o azúcares refinados, patatas fritas de bolsa, bollería industrial con harinas refinadas…) ya que provocan un estado inflamatorio y hay estudios que demuestran que su consumo habitual predisponen a multitud de enfermedades.
«Las dietas que se basan en una restricción total de los alimentos que contienen almidón, suelen ir acompañados de un aumento de consumo de vegetales del grupo sin almidón»