Dra. Anciones: «No existe una relación clara entre padecer epilepsia y desarrollar una infección grave por covid»

Redacción.- La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas crónicas más frecuentes, hasta el punto de que una de cada diez personas sufrirá al menos una crisis a lo largo de su vida. Es también una de las más complejas de manejar debido a las numerosas comorbilidades que habitualmente asocia. Según recoge el Hospital Nuestra Señora del Rosario (HNSR), esta situación se complica aún más en el caso de los pacientes pediátricos y de aquellos con encefalopatías epilépticas que cuentan con crisis graves resistentes a tratamiento médico, discapacidad intelectual y problemas de comportamiento.

¿Cómo ha afectado a los pacientes con crisis epilépticas la pandemia? La Dra. Carla Anciones Martín, del Servicio de Neurología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, recuerda que la situación sanitaria provocada por el coronavirus, además del colapso de los servicios de urgencias o de las UCI, ha contribuido a una mayor dificultad de acceso a los hospitales y a las consultas y ha condicionado el manejo adecuado de las enfermedades crónicas, entre las que se encuentra la epilepsia.

Según una encuesta española reciente, durante la pandemia más del 50% de pacientes con epilepsia grave no habían podido llevar a cabo sus programas habituales de rehabilitación y estimulación cognitiva lo que ha originado en ellos un deterioro físico e intelectual. Otro 20% no había acudido a urgencias por miedo al contagio de Covid-19 y casi un 10% no tenía disponible su medicación en la farmacia. La situación de confinamiento también originó que un 69% de los cuidadores de estos pacientes experimentaran síntomas de depresión o que tres de cada diez niños sufrieran un empeoramiento significativo de su conducta.

La Dra. Anciones Martín apunta igualmente que no existe una relación clara entre padecer epilepsia y el hecho de desarrollar una infección grave por coronavirus. “Se ha demostrado que los niños tienden a padecer síntomas más leves, mientras que las personas con edad avanzada y aquellas con enfermedades cardiopulmonares son más susceptibles al desarrollo de mayores complicaciones. Sin embargo, las infecciones graves y todo lo que conllevan (alteraciones metabólicas, ventilación mecánica, interacciones farmacológicas) sí que han condicionado una mayor predisposición a desarrollar crisis en pacientes con epilepsia previamente diagnosticada”. Nuevos estudios sí han demostrado una mayor mortalidad de la infección en aquellos pacientes con epilepsia activa previa, sobre todo si eran ancianos e hipertensos.



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