Día Mundial de la Esclerosis Múltiple

Redacción.- Desde su llegada, la pandemia ha generado incertidumbre en toda la sociedad, pero más si cabe en las personas que conviven con enfermedades crónicas que requieren un tratamiento, como es el caso de la esclerosis múltiple, según recoge Merk.

Los afectados por esta patología se preguntaron ya al inicio de la pandemia si su tratamiento les hacía correr más riesgo tanto de poder infectarse con el virus, como de sufrir de forma más grave los efectos del mismo.

En este sentido, es importante aclarar que el riesgo de interrumpir el tratamiento para una enfermedad neurodegenerativa como esta es alto. Por tanto, continúa siendo prioritario tratar la enfermedad para controlar su progresión, ya que con cada recaída se puede producir un daño irreversible que impacte en el grado de discapacidad futura de esa persona. Mantener la enfermedad bajo control ayudará al paciente a estar preparado para inmunizarse cuando se vacune.

La EM es una enfermedad neurológica crónica y degenerativa que generalmente se diagnostica entre los 20 y 40 años de edad y constituye la mayor causa de discapacidad no traumática en adultos jóvenes.

Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), ya son más de 50.000 las personas que padecen EM en España, siendo la mayoría de ellas mujeres (3 de cada 4 pacientes).

Si bien ya se dispone de vacunas contra el Covid-19, la llegada de éstas también ha provocado dudas sobre cómo puede afectar el tratamiento modificador de la enfermedad de los pacientes con EM a su  respuesta a la vacuna. “Al principio tenía mucho miedo y muchas dudas, pero gracias a mi neurólogo y la información que me ofrecieron desde la Fundación de Esclerosis Múltiple de Madrid (FEMM), me sentí segura y dispuesta a vacunarme. Ya he recibido la primera dosis y en unas semanas, ¡a por la segunda!”, comenta Patricia Anduiza, de 57 años y diagnosticada con EM desde hace 30 años.



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