¿Cómo se tratan las fístulas durales?

Redacción.- Las fístulas durales raquídeas con drenaje venoso perimedular son las malformaciones vasculares  medulares más frecuentes (60.7%), seguidas de las malformaciones arteriovenosas (31.8%) y de las fístulas arteriovenosas perimedulares (7.5%). Así lo asegura el Dr. Leopoldo Guimaraens Martínez, codirector del Servicio de Terapéutica Endovascular y Percutánea del Hospital Nuestra Señora del Rosario (HNSR) y jefe de los servicios de Neuroangiografía Diagnóstica y Terapéutica de los hospitales General de Cataluña y del Mar, de Barcelona, quien alerta de que, de no ser tratadas precozmente, su evolución más frecuente es la paraplejia.

Tal y como recoge el HNSR, mayormente predominantes en los varones adultos entre los 50 y los 70 años (6/1 frente a las mujeres), los síntomas iniciales que presentan los pacientes que las padecen son:

  • Pérdida de fuerza de las extremidades inferiores (77.5%)
  • Pérdida de sensibilidad (55%),
  • Lumbalgia (40%)
  • Radiculagia (37.5%).

Sin embargo, como alerta el Dr. Guimaraens, como consecuencia del diagnóstico tardío, “se produce un deterioro clínico impresionante de los pacientes en el momento de ser diagnosticados de la enfermedad, lo que provoca un aumento de los síntomas iniciales y la aparición de otros nuevos”.

Así, se han detectado los siguientes:

  • Pérdida de sensibilidad de la extremidades inferiores (90%)
  • Trastornos esfinterianos (90%)
  • Pérdida de fuerza (87.5%)
  • Trastornos sexuales (80%)
  • Claudicación de la marcha (72.5%)

“Desde la aparición de los síntomas iniciales hasta el diagnóstico pueden pasar entre 12 y 24 meses, por lo que es  fundamental que el diagnóstico sea realizado lo antes posible, ya que de ello va a depender la recuperación de los pacientes”, destaca este especialista, codirector de un servicio referencial en España en el diagnóstico y tratamiento de esta dolencia.



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