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Así afectan los microplásticos al aparato digestivo
Redacción.- En 2018, microplástico fue elegida palabra del año por la Fundación del Español Urgente (Fundéu). La preocupación social por los fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros, fabricados con ese tamaño o fragmentados de una pieza mayor durante su proceso de descomposición, fue extraordinaria. ¿Cómo influyen en nuestro organismo?
A pesar de que existe escasa literatura científica al respecto, el Dr. Gerardo Clemente Ricote, jefe del Servicio de Hepatología y Gastroenterología del Hospital Nuestra Señora del Rosario (HNSR) , asegura que, de ingerirse, las partículas pueden acumularse en las placas de Peyer, principalmente en el íleon terminal, o en el epitelio de las vellosidades intestinales. “Si las partículas son captadas por los macrófagos pueden llegar a los conductos linfáticos y ganglios y, finalmente, y a través de la circulación sistémica, a otros órganos, como son la médula ósea, los riñones, el bazo e, incluso, el hígado”, detalla el especialista.
Impactos dañinos en diferentes ecosistemas
Tal y como recoge el HNSR, en la actualidad los plásticos (polímeros de cadena larga) son materiales de amplio uso y casi insustituibles en múltiples ámbitos de nuestra vida cotidiana. Su producción, que supera ampliamente los 300 millones de toneladas anuales, abarca diferentes tamaños (macro, microplásticos y nanoplásticos) y diversas formas según su destino.
Según su tamaño, forma y tipo son causantes, durante su ciclo vital, de numerosos y variados impactos dañinos en diferentes ecosistemas, con repercusiones bioquímicas y fisiológicas para diferentes especies.
Son especialmente preocupantes los originados por los más pequeños (micro y nanoplásticos), pues cuanto más reducidos sean, mayor capacidad toxica presentan. En el momento actual los nanoplásticos tienen propiedades toxicológicas desconocidas.
Toxicidad
Como recuerda el Dr. Clemente Ricote, “los polímeros plásticos suelen ser considerados materiales inertes, pero pueden causar alteraciones en los seres humanos y en el ambiente. La toxicidad viene determinada por la polimerización (casi nunca completa, por lo que pueden quedar monómeros u oligómeros residuales), la degradación que han sufrido y por los contaminantes que hayan podido adsorber”. Igualmente, estos plásticos pueden tener sustancias químicas endógenas, pueden concentrar metales, hidrocarburos o plaguicidas e, incluso, productos farmacéuticos y de cuidado personal, que se pueden depositar en el agua, los sedimentos e, incluso, en el aire. “No sorprende, pues, que muchos de estos contaminantes hayan sido catalogados como tóxicos o incluso con cierta acción endocrina”, continúa el especialista del centro médico