Andrea Carucci: «Las dietas no tienen que ser absolutistas, tienen que ser saludables»

Andrea CarucciRedacción.- Había tenido problema de abortos y en mi primer embarazo los médicos me dieron como única respuesta hacer reposo. Pensé, «no puede ser» y para el siguiente embarazo, después de haber investigado y estudiado bastante, me preparé antes, tomé todos los nutrientes que necesitaba, adopté una vida lo más saludable posible y nació mi hija perfectamente, súper fuerte y con un sistema inmune fenomenal. Ahora mis hijos tienen 30 y 27 años y siguen perfectos. Hay que apostar por una buena nutrición previamente a tener un bebé. Hay que prepararse para gestar, lo que antes hacían las abuelas y que ahora tenemos que leer en un libro.

A continuación parte de la entrevista que realiza 20 minutos:

Pregunta- ¿Qué lector tenía en mente mientras escribía el libro?

Respuesta- A mis hijos, a la siguiente generación. Con 51 años que voy a cumplir necesitaba dejar por escrito qué hacer, dado que estamos viviendo una infertilidad bastante abundante y viene aún peor para las siguientes generaciones. Quería ayudar a las mujeres que desean ser madres.

P- ¿Qué se va a encontrar el lector entre sus páginas?

R- Empiezo por recomendar cómo gestionar el estrés y luego paso a las formas de comer y voy explicando cómo debe estar construido el plato: qué cantidad de verduras, de proteínas… Y en el ciclo de la mujer cuento qué comer en cada momento, como la cantidad de grasas recomendable en la ovulación o en la menstruación, para estar más fértil y saludable. Después explico cada nutriente y paso a decir específicamente qué necesitamos. Lo único que toco por encima son casos particulares, por ejemplo, casos de síndrome de ovario poliquístico, endometriosis, hipotiroidismo o cualquier otra patología, porque es un libro de fertilidad general. Si no sería un tocho imposible de imprimir. La editorial me limitó el número de páginas, yo hubiera seguido escribiendo. (risas) De hecho hemos hecho un programa posterior al libro, para esas personas con patologías específicas. Y por último están las recetas, todas razonadas de por qué están esos ingredientes y no otros. Súper ricas, las hemos comido todas.

P- ¿Lo ideal sería acercarse a este libro mucho antes de tener problemas para tener un hijo?

R- Exactamente. He escrito el libro que me hubiera gustado tener cuando me vino la primera menstruación, para saber qué hacer. Estamos postergando la fertilidad y es lógico. Es algo que para muchas mujeres simplemente queda en el futuro; no tiene sentido decir «a los 35 voy a tener un hijo», porque a lo menor llega ese momento y no tienes ni pareja. Pero por mucho que las chicas ahora no se planteen cuándo tener un hijo, hay que planificarlo de alguna manera porque las posibilidades van disminuyendo con los años. Luego llegan los 35 o los 40 años y el «socorro quiero ser madre», cuando la ventana fértil es mucho más pequeña.

P- ¿Es útil también para aquellas mujeres que no quieren ser madres?

R- Efectivamente. Nuestra salud está condicionada por nuestra salud fértil. Es muy importante mantener un buen equilibrio hormonal. Por eso no hace falta seguir las indicaciones del libro solo para ser mamá. El libro va más allá de la fertilidad, está recomendando unas pautas para estar bien en cualquier momento de la vida. Las madres de ‘setentaytantos’ años de mis amigas lo usan en plan «necesito calcio» o «necesito hierro» para buscar en qué alimentos encontrarlo y cómo combinarlos. Es una parte muy útil en la que, además de decirte dónde encontrar, por ejemplo, la vitamina B9, cuento a qué temperatura cocinar esos alimentos, porque a veces puedes tener un estilo de vida saludable pero no cocinas bien la comida y te estas cargando esos nutrientes. Por eso incluye varias pautas de alimentación fundamentales.

P- Hablamos de fertilidad y pensamos automáticamente en mujeres, porque en ellas recae un peso mayor, pero este libro es también para los hombres.

R- Por supuesto. En el libro hablo tanto de los nutrientes para ellas como para ellos. A los hombres la naturaleza los ha privilegiado de tal manera que con solo tres meses de una buena nutrición sus espermatozoides rápidamente empiezan a a tener su morfología, su vitalidad… A menos que haya otros problemas, claro. En la mujer tarda un poquito más. Pero lo cierto es que, aunque puede pasar al revés, normalmente son ellas las que toman la iniciativa de cambiar su estilo de vida y luego animan a su pareja a hacer lo mismo para tener un embarazo y un bebé más saludable.

P- ¿Hasta qué punto la nutrición puede ayudar cuando hay problemas de fertilidad en una pareja?

R- Lamentablemente no hay suficiente formación en nutrición por parte de muchos especialistas que tratan la infertilidad, aunque ahora se empieza a ver más preparación en este sentido. La nutrición es fundamental. Cada día te nutres, no para probar sabores diferentes, sino para construirte, porque necesitas esos nutrientes para crear tus células. En siete años tu cuerpo se ha renovado totalmente, pero es que la renovación celular es constante. Nutrirte correctamente va a hacer que tengas una mejor salud y que tu función reproductiva mejore también. Piensa que hay dos cosas descartables en nuestro organismo: el pelo, que no es fundamental, que si se te cae puedes seguir viviendo, y el sistema reproductivo. Así que si te faltan nutrientes, entre lo primero que va a hacer tu cuerpo es limitar temporalmente la posibilidad de tener bebés. Primero porque hay que mantener tu propio sistema durante nueve meses para que pueda nacer y, después, para que esos bebés nazcan sanos. Evidentemente personas con una mala salud van a poder reproducirse, pero la naturaleza va a dar prioridad a las más sanas. Igual que da prioridad a las más jóvenes.

P- Destaca en el libro que el estrés es el gran enemigo a batir. ¿También es algo que se puede combatir con la dieta?

R- Las hormonas del estrés pueden bloquear totalmente un sistema reproductor. Realmente es un problema, porque a veces las mujeres tras un par de ciclos sin quedarse embarazadas ya empiezan a ponerse nerviosas. Entran en un círculo de estrés que es desfavorable para equilibrar ese sistema reproductivo. La gestión del estrés es vital. Hay especialistas en estrés y fertilidad porque hay mujeres que sienten una angustia muy profunda y, a veces, necesitan esa ayuda específica. Pero con la alimentación se puede mejorar muchísimo. Recibir una noticia terrible, que te deja en shock, causa que tu microbiota se altere totalmente si ese impacto se mantiene más allá de 24 horas. Date cuenta de que la serotonina que te predispone a estar bien se genera en el cerebro y el intestino. La microbiota intestinal desequilibrada se traslada a la microbiota vaginal, y esa microbiota vaginal que no está bien puede interferir en que se produzca un embarazo saludable. Y en el hombre también sucede. Por otro lado, si has tenido una situación de estrés y tomas ciertos alimentos que contienen, por ejemplo, criptófanos, te vas a sentir mejor y vas a enfrentarte mejor a esas circunstancias.

P- La información que nos está llegando sobre la microbiota durante los últimos años es fascinante.

R- Totalmente. Puede condicionar tus emociones. Hay cepas, familias de esta mal llamada flora bacteriana, que, como no tienen neuronas, generan sus propias neuronas dentro del organismo para comunicarse entre ellas. Cuidar la microbiota es muy importante.

P- ¿No cree que la nutrición es una ciencia que ha evolucionado muy rápido y lo sigue haciendo, cambiando sus recomendaciones y creando a veces confusión?

R- Es que la nutrición es observacional. No puedes encerrar a una persona cinco años en un hospital dándole determinados nutrientes a ver cómo reacciona. Y tampoco reaccionamos igual que los ratones. Eso por un lado. Por otro, es una observación a lo largo del tiempo. Si, por ejemplo, en los años 80 la mantequilla era el demonio y la margarina una santa y ahora es al revés, es por dos posibles corrientes: por lo que nos quiera vender la industria alimentaria y porque el estudio de la nutrición va mejorando.

P- Hablar de la influencia de la industria alimentaria, es entrar en un gran debate.

R- Si te fijas bien, te das cuenta de que en los años 70 estábamos más delgados y de que muchos mensajes que la industria lanzó, acabaron generando una información confusa. No quiero meterme con la industria alimentaria en absoluto, pero sí hay que saber que debemos comer comida real y dentro de lo razonable. Si tu planto es grande, redúcelo y haz actividad física.

P- ¿Por qué es tan difícil para muchos seguir esas recomendaciones aparentemente sencillas?

R- Hay dos cosas que, en general, les cuesta mucho a la gente. Una es tomar determinados alimentos; si no los toman en cápsulas, no van a ser sistemáticos haciéndolo, van a tomarlos solo de vez en cuando. Y la otra es hacer ejercicio físico. No solo caminar, mover todo su esqueleto, hacer deporte, cualquiera, y lo más variado posible.

P- ¿Qué recomendaría tomar lo menos posible?

R- Comida industrial, por supuesto. Hay que evitar la comida procesada. Y hay que buscar lo orgánico, dentro de las posibilidades de cada uno. Hay herbicidas y pesticidas que, igual que inhiben la reproducción de ciertas plantas, lo mismo van a hacer con mi microbiota y mi sistema reproductor. Hay muchos estudios al respecto. Tenemos que respetar a nuestro cuerpo, que es la máquina en la que vivimos y que es perfecta; es un libro dónde escribimos todo lo que vivimos y que va a heredar las siguientes generaciones. Debemos darle el mejor combustible. No entiendo que haya gente que a su coche le ponga la mejor gasolina, el mejor aceite y luego coma de una manera terrible. ¿Por qué inviertes en tu coche y no en tu cuerpo?

P- ¿En qué consisten esos programas que mencionaba para mujeres con problemas como endometriosis o hipotiroidismo?

R- Son varios módulos accesibles desde mi página web para aprender de manera práctica cómo deben comer en esos casos. Revisamos todo lo que comen, revisamos problemáticas y aprendemos a cocinar. Si no cocinamos, esto no funciona.



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