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Miedo y afectividad
Me pregunté por qué el miedo es el mayor enemigo de la libertad y para obtener una respuesta certera acudí al libro del Dr. Fernando Sarráis, El miedo.
El miedo es una emoción negativa que siendo normal puede tener una función positiva, pero fuera de esa normalidad se convierte en un gran enemigo.
Se trata de una vivencia psicológica perteneciente a la afectividad y cuando hablamos de fenómenos afectivos es frecuente que se den juntos, formando un racimo de uvas. Lo corriente es que se den a la vez emociones del mismo signo, como es el caso de preocupación, tristeza, frustración e ira. Aunque pueden darse simultáneamente emociones o sentimientos de signo opuesto, tales como el amor-odio. Es lo que llamamos ambivalencia afectiva.
El miedo, con su cortejo de emociones negativas, mientras dura impide tener emociones positivas, lo cual produce un sentimiento de carencia de algo que se necesita para vivir feliz. Esta carencia origina otros sentimientos negativos como insatisfacción, vacío afectivo, amargura o fracaso existencial.
Si una persona se deja llevar por el miedo y evita la situación que lo produce se siente cobarde y avergonzada de sí misma. Volvemos a la tristeza, a la pena, al enfado y a la frustración.
En definitiva, el miedo ejerce una influencia negativa en el funcionamiento de la afectividad durante el tiempo en que se padece y, si ha habido lugar a conductas negativas, también después de haberlas padecido.