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La crisis no debe frenar la investigación científica
El premio Nobel de Química en 1995, Mario Molina, reclamó a las administraciones que «no se retrasen» las investigaciones científicas a causa de la crisis porque «es muy difícil dejarlas y después volverlas a retomar». Así, señaló que, «aunque no sea el momento» para incrementar estos presupuestos, «es muy importante, no dejar de invertir».
Molina trasladó esta petición junto al presidente ejecutivo de la Fundación Premios Rey Jaime I, Santiago Grisolía, el adjunto a la presidencia, el profesor Javier Quesada y el astronauta Miguel López Alegría después del recibimiento al resto de miembros del jurado, que hoy comunicarán el nombre de los premiados en su edición de este año. Al respecto, se mostró «preocupado» por la actual situación y confió en que no se «retrasen las acciones que tienen que ver con el avance científico». Añadió que «hay que tener paciencia y esperar hasta que aumenten los presupuestos».
No obstante, por lo que se refiere a asuntos como el cambio climático señaló que la crisis significa «una oportunidad», ya que hay acciones dirigidas a utilizar la energía de una forma «más eficiente que tiene como consecuencia una mejor utilización de los recursos, aunque haya menos».
Por su parte, López Alegría comentó que las misiones espaciales «depende del presupuesto del Gobierno», que está reduciendo las inversiones, mientras que la NASA «ha aumentado el presupuesto», porque «están en el transcurso de terminar la construcción de la estación espacial, retirar del servicio el programa transbordador y empezar un nuevo programa con el objetivo de llegar a la luna y después a Marte, supuestamente en 2020», algo que «parece un poco precipitado ahora, pero se intentará», destacó el astronauta. Molina, quien recientemente ha sido elegido para formar parte del equipo que asesora al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en materia de nuevas tecnologías, subrayó que la comunidad científica esta «entusiasmada» con el nuevo mandatario porque va a instaurar «cambios muy importantes hacia el progreso con mayores inversiones y mayor libertad para el mundo científico».
En concreto, hizo hincapié en el aumento hasta el 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) para inversiones científicas, anunciado por el presidente americano, o su intención de restaurar la «integridad de la ciencia». Al respecto, Molina aseveró que hay que «asegurarse de que no haya limitaciones a la libertad con la que los científicos exponen sus ideas, para que esto sea un proceso abierto».
«Abrirse al ámbito público»
En este sentido, el premio Nobel apostó por «abrir» las investigaciones referentes al cambio climático o a las células madre al ámbito «público», ya que, los científicos «tienen que explicar que es lo que pasaría si se toman ciertas medidas o no, pero es la sociedad la que tiene que decidir».
Así, aclaró que el mundo científico tiene que explicar «las alternativas, y el potencial de ciertas investigaciones», como el de las células madre, pero, «en última instancia, es la sociedad la que decide», aunque esta decisión se debe «tomar en base a hechos, ya que, muchas veces se mezclan cuestiones éticas y científicas», lamentó.