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Andalucía incorpora los trasplantes de cara a la sanidad pública
La consejera de Salud de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, ha decidido incluir en la cartera básica de la asistencia sanitaria andaluza la posibilidad de realizar trasplantes de cara, si bien puntualizó que dicha indicación clínica se llevará a cabo «analizando caso por caso», por lo que «no cabe una aprobación genérica de la técnica», como ocurre en la mayoría de procedimientos quirúrgicos estándar.
La decisión se ha tomado después de que los 20 componentes del Comité Autonómico de Ética e Investigación, que hoy se reunieron por espacio de cuatro horas y media para tratar de forma monográfica este tema, «no hayan visto ningún inconveniente ético en los casos elevados para su estudio».
Montero detalló que, entre las principales recomendaciones que este Comité ha elevado a su departamento, se encuentra el hecho de que el trasplante de tejidos compuestos en estructuras faciales, nombre con el que aconsejan que a partir de ahora se denomine esta técnica, en lugar de trasplante de cara, «sólo se lleve a cabo para aquellos casos que cursan con deformaciones faciales graves y siempre como última alternativa terapéutica», es decir, allí donde otras técnicas han fracasado.
Además, informó de que, atendiendo a una más que previsible escasez de casos del tipo que se puedan presentar en un futuro, este comité recomienda, «y ha reconocido como tal», el que sea el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla el centro de referencia que acoja la técnica.
De igual modo, explicó que por lo complejo de la técnica, el hecho de que el paciente tenga que estar sometido de por vida a tratamiento farmacológico inmunosupresor para evitar posibles rechazos y la necesidad de que se le pueda prestar apoyo de los dispositivos de Salud Mental y Rehabilitación en cualquier momento, el comité recomienda «que la técnica sólo se lleve a cabo en el ámbito público».
De hecho, Montero incidió en todo momento en que esta técnica se dirige a personas «con graves problemas de salud y funcionalidad», por lo que quiso dejar claro que «no estamos hablando de un problema estético».