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Una experta andaluza pide el retraso voluntario de la jubilación para los médicos
La profesora del área de Dirección de Organizaciones Sanitarias de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), Pilar Navarro, ha reclamado que se pongan en marcha medidas para incentivar que los profesionales médicos puedan alargar su carrera laboral más allá de los 65 años siempre y cuando estén capacitados y se respeten los intereses particulares de cada uno. Así las cosas, apostó por debatir con los colectivos de profesionales las medidas necesarias para favorecer la continuidad voluntaria y recordó que, pese a que la edad de jubilación se estableció en su día en los 65 años por motivos de seguridad en el trabajo, eso «no quita» que no se permita la continuidad en activo de quien así lo desee.
En su ponencia en la Cámara alta, Navarro pidió la creación «de forma prioritaria» de una base de datos que registre el número real de profesionales que trabaja en el Sistema Nacional de Salud, ya que los únicos registros que existen actualmente son los de contratados por el SNS y los de los Colegios de Médicos, que no aportan datos fiables para planificar la posible necesidad de profesionales, pues estos últimos también incluyen a los inactivos. Al respecto indicó que el primer registro obligatorio de profesionales médicos en activo se creó en Andalucía el año pasado bajo el nombre de Registro de Profesionales Sanitarios de Andalucía.
Por otro lado, hizo referencia a la feminización de la profesión. Actualmente, en el sistema sanitario público hay un 70 por ciento de hombres y un 30 por ciento de mujeres, pero en los menores de 39 años las mujeres ya son mayoría, una tendencia que se concentra en especialidades como pediatría, análisis clínicos o farmacología clínica.
A su juicio, esa feminización requiere nuevas estrategias de motivación y el desarrollo de la compatibilización de la vida laboral y familiar mientras que, en lo que se refiere a la planificación de la profesión, es necesario, según Navarro, tener en cuenta que las mujeres suelen decantarse por determinadas especialidades de modo que otras, como urología, maxilofacial o traumatología, tienen menos mujeres entre sus profesionales.