Los principales signos orientativos son: disminución del nivel de consciencia, con estupor o coma, intensa miosis, y presencia habitual de señales de administración endovenosa, aunque también puede darse pro otras vías.
Cuando el cuadro clínico es severo pueden observarse depresión respiratoria, hasta alcanzar el paro respiratorio, hipotensión arterial, edema agudo pulmonar no cardiogénico e hipoglucemia. De forma más tardía pueden detectarse neumonía, broncoaspiración, acidosis respiratoria o mixta, rabdomiólisis, insuficiencia renal aguda, traumatismos y otras complicaciones.
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