Hipotermia accidental

Entendemos por hipotermia descensos de la temperatura corporal profunda por debajo de los 35 ºC, medida en esófago o recto. La hipotermia accidental se produce por dos mecanismos, por exposición al frío ambiental y por alteraciones de los mecanismos termorreguladores.

La clínica de la hipotermia depende del grado de severidad, pero también existen condicionantes generales, como son la duración del grado de hipotermia alcanzado, la edad y la patología causa o situaciones asociadas, como son una enfermedad de base o intoxicaciones.

Entre los 32 y 35º C, se puede reajustar la temperatura, el temblor es uno de los mecanismos útiles para este fin. La presión arterial, la frecuencia cardíaca y respiratoria, así como también el gasto cardíaco y la diuresis, están aumentados. Se observa una vasoconstricción periférica intensa.

Las temperaturas entre 29 y 32 ºC ya no son susceptibles de autorregulación, y tanto la frecuencia respiratoria como la cardíaca, así como el gasto cardíaco, empiezan a disminuir en función del descenso térmico hasta aparecer bradicardia y fibrilación auricular. Existe una marcada irritabilidad cardíaca, manifestada por arritmias ventriculares.

La presencia de hipotensión arterial, vasoconstricción y arritmias justifica un cuadro de insuficiencia cardíaca, shock y paro cardiaco.
Aparecen, también de forma progresiva, alteraciones del nivel de conciencia, disartria, hiporreflexia con hipertonicidad y alteración de las respuestas de los nervios craneales, pudiéndose llegar al coma.



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