Dolor torácico

El dolor torácico es cualquier tipo de molestia o sensación anómala localizada en el tórax por encima del diafragma. Según su origen, el dolor torácico puede ser visceral, somático o neurítico.

El visceral suele ser difuso, se percibe lejos de su origen y en ocasiones se proyecta en el dermatoma inervado por la misma terminación nerviosa.

El somático es localizado y reproducible con la palpación y el movimiento.

El neurítico se percibe en el territorio nervioso correspondiente y se desencadena con las maniobras de tracción del nervio.

Las principales etiologías del dolor torácico pueden ser:
De origen cardiovascular: Isquemia miocárdica, estenosis aórtica, miocardiopatía hipertrófica, disección aórtica, embolia pulmonar, hipertensión arterial pulmonar, pericarditis.

De origen toracopulmonar: traqueítis, neumonitis, pleuritis, neumotórax, neumomediastino, tumoral.

De origen digestivo: Esofagitis, gastritis, ulcus péptico, espasmo esofágico, Mallory-Weiss, perforación gástrica, colecistitis, pancreatitis, distensión colónica, tumoral.

De origen osteomuscular: Condritis, osteítis, artritis, miositis, espasmo muscular, traumático, tumoral(metástasis, leucosis, mieloma).

De origen neurítico: Herpes zoster, compresión radicular por degeneración discal, compresión del plexo braquial por adenopatías.

De origen psicógeno: Es primordial tener siempre presentes las causas de dolor torácico potencialmente graves (angor inestable, infarto de miocardio, disección aórtica, embolia pulmonar, pericarditis con taponamiento cardíaco, neumotórax a tensión, perforación esofágica), y ante la sospecha de cualquier de ellas es conveniente monitorizar adecuadamente al paciente hasta confirmar el diagnóstico.



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