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Osteomalacia y raquitismo
La osteomalacia es un trastorno de la mineralización ósea que conduce a la acumulación de osteoide. El resultado es el desarrollo de un tejido óseo más blando de lo normal.
La osteomalacia puede reconocer múltiples causas. Las más frecuentes están relacionadas con la vitamina D, que es necesaria para la mineralización del hueso. No se sabe si ello se debe únicamente a que favorece la absorción de calcio y fosfato por el intestino o, además, a que actúa directamente sobre los osteoblastos. Otro grupo de cuadros osteomalácicos está relacionado con la presencia de hipofosfatemia, debida habitualmente a una disminución del umbral renal de fosfatos, y en casos excepcionales, a una absorción intestinal defectuosa.
La intensidad de las manifestaciones de la osteomalacia es variable, siendo posibles desde procesos asintomáticos hasta cuadros incapacitantes. Las manifestaciones clásicas de la osteomalacia son el dolor óseo y la debilidad muscular, con posibles alteraciones de la marcha. La tríada analítica clásica es la de hipocalcemia, hipofosfatemia y fosfatasa alcalina elevada.