Existe una relación entre la litiasis biliar y la presencia de tumores de vesícula. No se conoce cómo la litiasis determina las neoplasias, pero se suponen dos mecanismos: uno es la irritación continua producida por los cálculos en la pared vesicular, y el segundo, la acción de componentes de la bilis litogénica, que pueden favorecer el desarrollo de neoplasias en el epitelio de la vesícula.
Los tumores de la vesícula se agrupan en dos apartados. El primero comprende los tumores benignos de extirpe epitelial, como los adenomas, a los que no se puede considerar como lesiones premalignas, y los de naturaleza mesenquimatosa, como los fibromas o los miomas. El segundo tipo son los tumores malignos, los más frecuentes son los adenocarcinomas.
Los tumores benignos suelen ser asintomáticos y en los malignos existe una sintomatología general, dominada por la astenia, la anorexia y la pérdida de peso. Se asocian inicialmente, dolor en el hipocondrio derecho de ritmo e intensidad muy irregular y sin clara relación con la ingesta.
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