El reservorio de la enfermedad es el ratón africano Mastomys natalensis. El contagio humano se produce a través de alimentos contaminados con orina del roedor. También puede haber contagio entre personas. Está producida por un arenavirus. Tiene un periodo de incubación prolongado y un comienzo insidioso. Se presenta con fiebre, tiritonas y mialgias. Posteriormente aparecen cefalea, faringitis, aftas orales y linfadenopatías generalizadas. En la segunda semana los enfermos están postrados, con hipotensión, dolor abdominal, vómitos, edemas, inyección conjuntival y fenómenos hemorrágicos. A partir de este momento los pacientes pueden recuperarse, o bien entrar en una fase de shock, obnubilación, convulsiones y muerte.