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Convulsiones en el niño
Las convulsiones son contracciones violentas, involuntarias y patológicas de los músculos esqueléticos y que producen movimientos irregulares localizados en uno o varios grupos musculares o bien en todo el cuerpo. Estas situaciones presentan un problema angustioso para los padres y aunque hay que decir que, una vez pasada la convulsión, el niño suele encontrarse bien, es conveniente conocer algunos puntos importantes para actuar durante la convulsión.
No se debe intentar mover al niño o restringir sus movimientos; la convulsión parará a los pocos minutos. Si respira con dificultad, empujar hacia delante con suavidad la mandíbula para mantener la glotis abierta. No tratar de abrir la boca, ni tirar de la lengua. Es rara la mordedura y, en cualquier caso, es preferible no introducir los dedos en la boca. Si el niño vomita, hay que ponerle de costado para evitar que aspire el vómito.
Si la convulsión ha aparecido en el curso de una fiebre alta hay que intentar bajar gradualmente la fiebre; para ello, quitar la ropa, aplicar compresas frías en cabeza y tórax. No frotar con alcohol ni meterlo en un baño (frío) durante la convulsión, ya que puede ser peligroso.
Una vez pasado el episodio, cuando el niño está ya despierto, es conveniente llevar al niño al pediatra o al servicio de urgencias para su examen.