Estrechamiento congénito de una o varias zonas de la arteria aorta. Existen dos formas: una que suele presentarse en el recién nacido y que puede ser grave y otra más frecuente que coincide con hipertensión y que a veces puede ser detectada tardíamente. En ambos casos el tratamiento es quirúrgico.
La forma precoz debuta habitualmente en las tres primeras semanas de vida con letargia, taquipnea y rechazo de tomas llegando a producir un cuadro de insuficiencia cardíaca y shock. La forma tardía aparece en lactantes o niños mayores y es diagnosticado tras evaluar un soplo o una hipertensión arterial.
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