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Candidiasis
La mayoría de las infecciones causadas por Candida son de origen endógeno, aunque también es posible la transmisión directa interhumana. La especie más representativa es la Candida albicans. En el ser humano aparece habitualmente en la piel enferma, en el tracto gastrointestinal, en el esputo, en el tracto genital femenino y en la orina de pacientes con sondas permanentes. Las situaciones fisiológicas que cursan con disminución de las defensas inmunológicas, así como estados patológicos y el uso prolongado de antimicrobianos y corticoides, hacen a las personas más sensibles a la infección.
Producen variedad de formas clínicas, que dividimos en:
Candidiasis superficiales:
Muguet: Candidiasis bucal caracterizada por placas de color blanco cremoso en la lengua y en otras superficies de la mucosa bucal, que pueden ser eliminadas por raspado, dejando una superficie sangrante y dolorosa.
Esofagitis: los síntomas son dolor y sensación de obstrucción al deglutir.
Vaginitis: Se caracteriza por la presencia de un flujo espeso y coagulado, y va acompañada de prurito.
Candidiasis mucocutánea crónica: afecta a las superficies epiteliales del organismo como la piel, mucosa oral, vías respiratorias superiores, tubo gastrointestinal y tracto urinario y genital. No se produce invasión del torrente circulatorio ni de tejidos profundos. Se inicia a una edad temprana y dura toda la vida.
Candidiasis profundas: pueden afectar al endocardio, al riñón y al sistema nervioso central.